Menos palmas y más nueces, Cristina Martínez Martín

Menos palmas y más nueces, Cristina Martínez Martín

  Menos aplausos y más nueces

Los sanitarios siguen sin conseguir lo que necesitan

 Por Cristina Martínez Martín

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Durante la pandemia se convirtieron en nuestros héroes.  A las ocho de la tarde, los españoles nos asomábamos a las ventanas y balcones para aplaudir a los sanitarios.  No era para menos.  Se estaban jugando la vida contra ese covid que tantas vidas se llevó por delante, entre otras, las de los más expuestos al contagio, las suyas…

La batalla al principio era desigual.  Ni siquiera tenían equipos de protección adecuados para combatir aquella virulencia.  No por eso desertaron de sus puestos.  Los sanitarios hicieron gala durante ese periodo fatídico de una ejemplar profesionalidad, de sacrificio personal y de una disposición y generosidad que nos dejó a todos deslumbrados.  En ese periodo en el que las vacunas todavía no habían aparecido eran nuestra única tabla de salvación. 

El peligro ha pasado.  Las vacunas están venciendo al covid, hemos enterrado a nuestros muertos y volvemos poco a poco a nuestra vida de antes.  Ya nos hemos olvidado de los héroes y estamos dispuestos a convertirlos en villanos al juzgar que no nos atienden como merecemos. 

Los españoles tenemos la memoria flaca y olvidamos pronto los favores.  Reconozcámoslo.  Nos fastidia ver a los sanitarios manifestarse para pedir mejoras salariales y nos irrita que hagan huelgas y falten a sus puestos de trabajo o que no nos atiendan con tiempo cuando vamos a consultarles. 

En el pasado, para ser médicos había que tener padres ricos. Esa carrera, además de larga y dura, consumía muchos recursos.  Los médicos, en la mente del colectivo español, eran todos unos señoritos.  En la actualidad, ya no es una opción sólo al alcance de los hijos de padres pudientes, sigue, no obstante, consumiendo recursos al por mayor y exige unas notas sobresalientes en el bachillerato. 

Y, si para empezar se necesitan esas notas brillantes, para continuar, la fortaleza de un cosaco, y para terminar y lograr un puesto de trabajo, luego hay que aprobar exámenes dignos de las olimpiadas…

Evidentemente, muchos abandonan en mitad del camino.  De modo que los que llegan a ostentar ese título y nos reciben cuando estamos enfermos lo han recorrido a base de vencer el cansancio extremo y el desaliento.  Y ¿qué se encuentran al llegar a la meta?  Pues, unos sueldos que no han aumentado desde hace treinta años, una masa de trabajo inasumible, menosprecio por parte de las autoridades, frustración por no poder ocuparse en condiciones de los pacientes e irascibilidad e incluso a veces agresividad por parte de quienes no entienden por qué antes se les atendía tan bien y ahora no tanto…. 

Mientras que nuestra sociedad ha evolucionado y los antiguos trabajadores: electricistas, fontaneros, albañiles, mecánicos y demás trabajadores de mono azul han ido dignificando sus salarios, los antiguos señoritos del espectro sanitario, han ido viendo como su situación iba menguando hasta ganar en la actualidad mucho menos que cualquiera de los de mono azul.  No es de extrañar que muchos se vayan a trabajar allá donde se le paga acorde con su trabajo y estudios.  Lo cual vuelve a ser otra sangría para el Estado puesto que en la formación de ese personal sanitario ha sido invertido mucho dinero.  

La sanidad pública española ha sido un modelo del que podía presumir nuestra democracia.  La excelente formación de nuestros sanitarios está fuera de dudas.  A los países menos estúpidos que el nuestro les encanta recibirlos con los brazos abiertos…  

Ahora bien, nuestra sanidad ha sido un coladero para todos los habitantes del planeta. Miles de ciudadanos de otros países venían y vienen a España para hacerse operar y cuidar gratis.  Nuestra generosidad es modélica, pero implica un derroche y una sangría para el Estado.  Y no hablo por hablar.  Conozco a unos canadienses que vinieron a hacerse operar del corazón y luego recibieron el costoso tratamiento correspondiente, todo gratis, porque en Canadá, uno de los países más ricos del mundo, al no haber cotizado a la seguridad social no tenían derecho a su sanidad y esa operación y tratamiento les habría costado los dos ojos de la cara.

Ésa es la situación.   Así que, por favor, en lugar de tantas palmas, lo que nuestros sanitarios necesitan ahora es que nos manifestemos a su lado y exijamos sueldos acordes a su formación y esfuerzo.  Sueldos dignos y horarios compatibles con una vida decente.  Y que se queden en su país, el nuestro.

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MENTES ABIERTAS

Un grito en el desierto, Cristina Martínez

Un grito en el desierto, Cristina Martínez

Por Cristina Martínez Martín

                         Un grito en el desierto

 

ALGUNOS HOMBRES MATAN A LAS MUJERES     

Estamos viviendo a nivel mundial un rebrote de machismo innegable.

Abrir un periódico y encontrar en los sucesos la muerte de una mujer a manos de su pareja se ha convertido en algo habitual.  Ya no merece siquiera el valor de la primera plana.  Aquí en España como en cualquier parte del mundo, eso sucede cada día.  ¿Me quieres?, no, pues te mato.  Luego la justicia con muy buenas intenciones y muy pocos resultados, encierra a los asesinos unos pocos años y después los sueltan.  Ahora bien, los agresores no se arrepienten, al contrario, se ríen de la ley en sus narices y vuelven a las andadas en cuanto se ven en la calle.  La vida de mujer cuesta tan sólo unos pocos años de prisión.

Nadie puede amar por decreto.  Pero, para el hombre que desea a una mujer, esa reciprocidad es lo de menos.  Lo importante es lo que él siente y quiere.  El machista no acepta a la mujer como igual y, por lo tanto, no acepta un no por respuesta.

En occidente, los asesinatos y agresiones se suceden sin interrupción. La manadas de hombres, camuflados bajo el estandarte de algún deporte, pasean arrogantes su exaltada libido por las ciudades donde no los conocen y arrasan a su paso.  Es divertido someter, violar e incluso herir entre todos a una descuidada.

Las mujeres de mi generación, que tanto hemos luchado por la igualdad, contemplamos consternadas el retroceso.  ¿Qué hemos hecho o estamos haciendo para que esto suceda?, nos preguntamos.

No sabemos la respuesta, lo que sí sabemos es que, si al hombre que mata se le encerrara en prisión de por vida y se le obligara a trabajar para pagar su sustento, este salvajismo con visos de impunidad seguramente acabaría…

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¿Conoces la inteligencia emocional?, Mayte López

¿Conoces la inteligencia emocional?, Mayte López

¿Conoces

la inteligencia

emocional?

Por Mayte López

Todos sabemos en qué consiste la inteligencia, incluso cómo se mide a través

de pruebas o test y coeficientes, pero

¿conocemos la llamada inteligencia emocional?

 

Es un concepto que surgió en los años 80, a través del psicólogo y periodista norteamericano Daniel Goleman:

La inteligencia emocional es nuestra capacidad para entender y manejar correctamente nuestras emociones y las de los que nos rodean, de manera que sus enfoques se basan en las relaciones con los demás, el poder conseguir nuestras metas y la superación de obstáculos de una manera más fácil.

La inteligencia emocional se compone de:

  • Competencia personal:
  • Competencia social.

Competencia personal: Autoconocimiento, autocontrol y motivación.

Competencia social: Habilidades sociales y empatía.

Autoconocimiento: Conocernos a nosotros mismos, nuestras intuiciones, nuestros recursos, nuestros impulsos, nuestras capacidades y limitaciones, cómo nos sentimos.

Autocontrol o autorregulación: Capacidad de controlar y autorregular nuestros recursos, impulsos, nuestras emociones conflictivas.

 

La literatura científica reconoce, a través de estudios estadísticos, la relación existente entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico. Es decir, a mayor dominio en habilidades sociales y en inteligencia emocional, más rédito académico de los estudiantes.

Motivación: Nuestras tendencias emocionales de cara a alcanzar nuestros objetivos.

Habilidades sociales: Comunicarnos eficazmente, comunicarnos asertivamente (no con agresividad o de forma pasiva), saber resolver los conflictos, tener capacidad de negociación, saber colaborar y cooperar, ser capaz de trabajar en equipo, etc.

Empatía: Capacidad de ponerse en el lugar de los demás, de comprender sus necesidades y emociones.

En la escuela nos forman en diversas materias y conocimientos, sin embargo, no se dedica tiempo al desarrollo y conocimiento de otras competencias como son las habilidades sociales y las emociones. En diversos foros de ciencias sociales, se aboga por la inclusión de la inteligencia emocional y las habilidades sociales como una asignatura más en el currículo educativo de  la educación primaria y secundaria obligatoria.

No podemos olvidar que, en la etapa adolescente, las relaciones sociales son de vital importancia ya que son las que permiten un correcto y adecuado funcionamiento social del individuo. En esa etapa, la adquisición de habilidades sociales y el control y autorregulación emocional son materias que deberían aprenderse para alcanzar la etapa adulta con un alto grado de madurez psicológica y social.

La inteligencia emocional es necesaria y positiva:

  • Porque las personas somos seres sociales
  • Porque necesitamos aprender a vivir y convivir en sociedad.

Si nos educan a ser personas sociales e inteligentes emocionalmente, lograremos socializar de forma adecuada y satisfactoria, aprenderemos a resolver conflictos de forma correcta, controlaremos nuestra ira e impulsos negativos, seremos más empáticos, mejoraremos nuestra autoestima y, en definitiva, nos conoceremos mejor.

La literatura científica reconoce, a través de estudios estadísticos, la relación existente entre la inteligencia emocional y el rendimiento académico. Es decir, a mayor dominio en habilidades sociales y en inteligencia emocional, más rédito académico de los estudiantes.

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Un grito en la oscuridad, Cristina Martínez

Un grito en la oscuridad, Cristina Martínez

Por Cristina Martínez Martín

  Un grito en la oscuridad

 

 Por Cristina Martínez Martín

 

 

 

 

Si atacan a una nos atacan a todas.

Que no sea un eslogan de occidente sino una batalla global.

Lo que está ocurriendo en Irán es de tal magnitud que nos asombra que el mundo siga girando y nosotras, las mujeres, no nos levantemos en masa para oponernos…

Acabo de leer y no es un bulo, que una niña de catorce años fue brutalmente violada y asesinada por quitarse la hijab…  En el hospital adonde la llevaron no pudieron salvarla por las tremendas desgarraduras vaginales que había sufrido…

Es verdad que las mujeres no cejamos en una lucha que no cesa, ahora bien, ante un gobierno de un país que está haciendo ese daño a nuestras hermanas nos sentimos impotentes y miramos para otro lado, tal vez porque ese país está lejos y parece que nos duele menos, tal vez porque tenemos miedo, sí miedo al fanatismo que mata para imponer su ideología.

Es cierto que aún quedan muchos asuntos sin resolver en occidente, es cierto que hay que mantener las espadas en alto ante comportamientos y actitudes que pese a su barniz ocultan un feroz machismo, pero lo de Irán es la punta del iceberg.

En Irán las mujeres han retrocedido dos o tres siglos y todas las mujeres en esa sociedad han pasado de ser personas con carreras y profesiones, con futuro e ilusiones, a ser reducidas a la esclavitud.

Es preciso que todas las mujeres del mundo nos opongamos con todas nuestras fuerzas y recursos a esa barbarie.  No se trata de política ni de religión, se trata de derechos humanos.  Se trata de que las mujeres llevamos apenas un par de siglos luchando por la igualdad y, en aquellos países donde el fanatismo religioso triunfa, hemos perdido la batalla y quienes se oponen, la vida…

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«Del nacimiento al infinito», la terapia regresiva. Entrevista a Albert Fita Alegre, por Mar Cantero

«Del nacimiento al infinito», la terapia regresiva. Entrevista a Albert Fita Alegre, por Mar Cantero

Entrevista a

Albert Fita Alegre

Autor de

«Del nacimiento al infinito»

   Luciérnaga Editorial 

El camino del espíritu a través de la terapia regresiva y la conexión bioespiritual. 

TODO ES ENERGÍA

«Creer que todo es energía, aceptarlo e incorporarlo a la vida cotidiana nos ayudará a entrar en este mundo más espiritual. Si creemos de verdad que todo está formado de energía podemos llegar a la conclusión de que una fuente de energía puede interaccionar con otras, y que la posibilidad de interacción va mucho más allá de lo que ahora podemos pensar. Esta creencia de que todo es energía, junto con un comportamiento respetuoso hacia cualquier otra forma de energía, es una forma de espiritualidad.»

 

1. ¿Qué diferencia hay entre la terapia regresiva y la regresión?

La diferencia entre una regresión y una terapia regresiva es la finalidad con la que haces esa regresión. Una regresión es un proceso de ir para atrás. Puedes ver situaciones de tu infancia, del embarazo y parto y también de otras vidas. Puede ser un ejercicio interesante y curioso de saber si nos quedamos en este punto. Pero si le ponemos la intención y las herramientas necesarias para que eso nos sea terapéutico entonces estamos haciendo una terapia regresiva. Solo con la intención no es suficiente, hay que tener las herramientas terapéuticas convenientes para cada caso. Al hacer una regresión nos vamos a encontrar con el núcleo original del conflicto actual y hay que hacer limpieza de esa situación.

Hasta mitad del siglo XX se hacían regresiones a vidas pasadas para saber y tener información de diferentes cosas relacionadas con el proceso evolutivo o kármico de la persona. Es el Dr. Alexander Cannon quien en 1950 reconoce por primera vez la posibilidad de utilizar las regresiones a vidas pasadas como estrategia de curación psicológica. El Dr. Freud ya utilizaba las regresiones a esta vida, no a vidas pasadas, como técnica terapéutica.

2. En tu libro hablas de la célula madre durante la terapia. ¿A qué te refieres con ese nombre?

Cuando hablo de la Célula Madre (CM) no me refiero a las células madres de las que hablan los investigadores médicos. Esas son células físicas con capacidad de reproducirse de diferentes maneras y relacionadas con procesos embrionarios. Yo me refiero como CM a una entidad energética que forma parte de nuestra consciencia superior, es nuestra esencia, es la célula originaria de toda nuestra existencia, tiene toda nuestra información presente, pasada y futura. La CM es la parte de la consciencia superior que contiene nuestra información sobre el físico de toda nuestra existencia.

5. Explícanos qué son los Registros akáshicos y cómo se accede a ellos en esta terapia.

Los Registros Akáshicos es un lugar, un espacio, donde se acumulan de manera ordenada toda la información pasada, presente y futura de todas y cada una de las personas que viven en la tierra, de las que han vivido y de las que vivirán. En este espacio, que podría ser un campo mórfico según la física cuántica, está almacenada la información de toda la civilización humana.

En estos registros podemos encontrar qué es lo que nos proponemos aprender en esta vida, cual es nuestra misión, para qué me he programado venir a la actual encarnación con ese don especial, etc.

Para acceder a los registros debemos pedir permiso. No podemos acceder a los registros de otras personas a menos que ellas nos autoricen.

En la terapia, una vez hemos conseguido alcanzar el estado de consciencia expandida es cuando podemos acceder a nuestros registros.

6.  En tu libro también aparecen las llamadas Capas áuricas de la persona. ¿De qué se trata?

El aura es un campo magnético que rodea todo el cuerpo. La mayoría de estudiosos y profesionales que trabajan con ella están de acuerdo en hablar de siete capas áuricas, pero no hay unanimidad en la nomenclatura de estas. Este campo magnético no es visible para la mayoría de las personas, pero con un poco de entrenamiento y persistencia se puede conseguir ver algunas de las capas más próximas al cuerpo físico. Cada una de las capas invade las otras hasta llegar al cuerpo físico. La primera es la más próxima a este. Cada una de ellas se relaciona con los siete chacras y también con las principales glándulas del cuerpo. La dimensión de cada capa es variable y depende del momento que esté viviendo la persona. Si uno recibe una mala noticia, el aura se comprime y disminuye de tamaño, y, por el contrario, si uno recibe una buena noticia o se halla en estado de meditación, su aura se expande y los colores serán más vivos. Se ve directamente influenciada por el estado físico y emocional de la persona, y en ella se ve reflejada la personalidad y el estado en que esta se encuentra. Los investigadores soviéticos Semyon y Valentina Kirlian descubrieron la imagen que muestra el aura y la fotografiaron con un tipo especial de máquina fotográfica a la que pusieron su nombre. Es la máquina Kirlian.

 

3. ¿Y el átomo Gnoos?

El Átomo Gnoos (AG) también es una entidad energética que forma parte también de la consciencia superior y tiene una parte de la información sobre nosotros, es la información no física. Se encarga principalmente de los aspectos emocionales, relacionales, mentales, energéticos y espirituales.

De todas maneras, tanto la CM como el AG participan de toda la información de la otra entidad energética, de la totalidad de nuestro ser.

4. ¿Se puede conectar realmente con nuestros guías espirituales?

De la misma manera que se puede contactar con los ángeles también se puede contactar con nuestros guías espirituales. Unos y otros son seres de luz de otras dimensiones de energía vibratoria más elevada. Los primeros se dedican principalmente a protegernos y los segundos a guiarnos y aconsejarnos. Para conseguir que trabajen para nosotros debemos pedírselo, mientras tanto están en el paro forzoso. Hay personas que tienen muy desarrolla la capacidad extrasensorial de poderse conectar con estos planos vibratorios más elevados.

Todos podemos contactar con nuestros guías espirituales y pedirles orientación, consejos y ayuda para lo que necesitemos. Otra cosa es si es fácil o difícil. Para la mayoría de las personas no es fácil poder establecer una conversación con ellos, pero sí que podemos pedir su ayuda y ellos nos van a ayudar, aunque no nos demos cuenta ni sepamos cómo.

Para contactar con ellos se puede hacer a través de una meditación profunda o de una relajación profunda guiada, que es como consigo que casi todas las personas a quien trato puedan hablar con ellos.

7. ¿Qué caso, de los que aparecen en el libro, te ha impactado más? ¿Y por qué?

No puedo decir un caso que me haya impactado más, todos son muy importantes y significativos y principalmente de sumo interés para la persona que lo está vivenciando. Lo más impactante es como esa historia que revive se relaciona absolutamente con el problema que está teniendo la persona en su vida actual, y con qué facilidad se resuelve el tema.

Hay dos casos que quisiera destacar por sus características especiales. El primero es el caso n.º 6 que lo describo en la página 51 y lo amplio en la 138. Lo que me impactó de este caso no es el núcleo principal sino el aprendizaje que yo hice debido al encuentro que hace el señor potentado con la hija del señor de la guerra a quien había arruinado y a ella le había hecho de todo.

Judit no pedía encontrarse con la jovencita, pero esta le sale al encuentro. Y él (el potentado) empieza a llorar de vergüenza y arrepentimiento por todo lo que le había hecho en aquella vida. Le pide perdón con mucha insistencia. La respuesta de la niña fue decirle que no tenía que perdonarlo de nada, que le estaba muy agradecida puesto que gracias a su comportamiento ella había avanzado mucho en su evolución espiritual. Con esto no quiero decir que un abusador, un violador, un asesino no tengan que ser juzgados y que no paguen por todo el mal que han hecho aquí en la tierra, pero desde la perspectiva espiritual normalmente todo eso lo pactamos antes de bajar a esta encarnación.

El otro caso que quiero citar es el n.º 10 de la página 71 donde el propio cuerpo responde con una explicación a los problemas físicos que tenía Sandra de una manera metafórica, muy poética y espiritual. Realmente su respuesta es maravillosa, preciosa y absolutamente comprensible para Sandra.

 

       8. Por último, qué tiene que hacer alguien que esté interesado en recibir la una sesión de terapia regresiva.

       Para mí, si una persona está interesada en hacer una sesión de terapia regresiva lo que debe hacer es encontrar un terapeuta en esa             especialidad que le inspire confianza. Eso es lo más importante, esa confianza en el terapeuta. También conviene tener la mente abierta y la     voluntad de evolucionar, de cambiar comportamientos, creencias, etc.

Este libro empieza haciendo un recorrido por el mundo de la terapia regresiva a vidas pasadas, desde el trabajo del síntoma, y nos presenta la conexión bioespiritual, una técnica muy potente que el autor ha diseñado a partir de la terapia regresiva.
En una clara progresión ascendente y apasionante Albert Fita nos muestra el camino del crecimiento personal a través del trabajo con estas terapias, hasta llevarnos a un punto culminante en el que nuestras creencias se tambalearán.
Finalmente, y a través de la descripción de su trabajo, el autor acompaña al lector hacia la consciencia plena y una visión más espiritual del mundo.

Albert Fita Alegre es pedagogo, con más de veinte años de experiencia como terapeuta en terapia regresiva. Ha atendido en su consulta a cientos de personas y realizado más de dos mil sesiones. Ha impartido conferencias, talleres y cursos divulgando estas terapias. Ha escrito conjuntamente con Coral Ruiz el libro «Encuentro de amigos de GEA» y «Guías espirituales»

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A la carga…, Cristina Martínez

A la carga…, Cristina Martínez

Por Cristina Martínez Martín

A la carga…

¿Cada cuántos días cae una nueva víctima a manos de su pareja?

 

 

 

Algo a lo que nos estamos acostumbrando como a la lluvia o al calor. Ahora bien, inevitables son la lluvia o el calor, pero no lo es el arrebatar la vida a otra persona.

Ver la edad de las víctimas de género y la de sus agresores, es aterrador.  Me cuesta creer que ese menor que ha matado va a salir cinco años después a la calle reformado. Al contrario, probablemente estará dispuesto a matar de nuevo a quien le contraríe, porque en verdad ha aprendido que “el asesinar” le ha costado bien poco. Con una legislación como la nuestra, los ciudadanos de a pie tenemos una sensación de impotencia y fragilidad extrema.

Cuando veo que la policía protege a los delincuentes tapándoles la cara mientras los llevan a declarar, y los familiares de las victimas se derraman en llanto frente a las cámaras, me digo, ¡qué sinsentido! Las victimas deberían poder llorar con total respeto e intimidad mientras que los ciudadanos deberíamos poder ver y marcar a los asesinos.  

 

Temo que el problema radica en que los padres de esta nueva generación piensan que quienes deben educar a sus hijos son los maestros y profesores y se desentienden de esos hijos molestos a quienes consienten todo por no ser capaces de enfrentarlos. Y, en consecuencia, los chavales se adueñan de la situación y tiranizan a sus padres…

Es muy difícil educar a los hijos. Cierto. Eso requiere un esfuerzo continuado y penoso. Y, cuando se viene de trabajar cansado, no se tienen ganas de pelear sino de descansar.  Y, torcer la voluntad de un adolescente que lo único que desea es que le dejen estar a su aire y hacer lo que le da la gana, sin ninguna disciplina de vida ni cortapisas, es harto difícil. Ahora bien, ese esfuerzo es fundamental y necesario si queremos una sociedad justa e igualitaria. 

Estoy convencida de que la educación es la clave para erradicar esta plaga.  Sé que en las escuelas se trabajan los valores de respeto.  Sin embargo, creo que esa educación no reside en la escuela sino en los hogares. En la escuela, se les enseñan diversas asignaturas y técnicas para construirse profesiones y se refuerzan los valores que traen de casa, pero es en la casa donde aprenden el respeto y el valor de la vida. 

 

 

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