«Del nacimiento al infinito», la terapia regresiva. Entrevista a Albert Fita Alegre, por Mar Cantero

«Del nacimiento al infinito», la terapia regresiva. Entrevista a Albert Fita Alegre, por Mar Cantero

Entrevista a

Albert Fita Alegre

Autor de

«Del nacimiento al infinito»

   Luciérnaga Editorial 

El camino del espíritu a través de la terapia regresiva y la conexión bioespiritual. 

TODO ES ENERGÍA

«Creer que todo es energía, aceptarlo e incorporarlo a la vida cotidiana nos ayudará a entrar en este mundo más espiritual. Si creemos de verdad que todo está formado de energía podemos llegar a la conclusión de que una fuente de energía puede interaccionar con otras, y que la posibilidad de interacción va mucho más allá de lo que ahora podemos pensar. Esta creencia de que todo es energía, junto con un comportamiento respetuoso hacia cualquier otra forma de energía, es una forma de espiritualidad.»

 

1. ¿Qué diferencia hay entre la terapia regresiva y la regresión?

La diferencia entre una regresión y una terapia regresiva es la finalidad con la que haces esa regresión. Una regresión es un proceso de ir para atrás. Puedes ver situaciones de tu infancia, del embarazo y parto y también de otras vidas. Puede ser un ejercicio interesante y curioso de saber si nos quedamos en este punto. Pero si le ponemos la intención y las herramientas necesarias para que eso nos sea terapéutico entonces estamos haciendo una terapia regresiva. Solo con la intención no es suficiente, hay que tener las herramientas terapéuticas convenientes para cada caso. Al hacer una regresión nos vamos a encontrar con el núcleo original del conflicto actual y hay que hacer limpieza de esa situación.

Hasta mitad del siglo XX se hacían regresiones a vidas pasadas para saber y tener información de diferentes cosas relacionadas con el proceso evolutivo o kármico de la persona. Es el Dr. Alexander Cannon quien en 1950 reconoce por primera vez la posibilidad de utilizar las regresiones a vidas pasadas como estrategia de curación psicológica. El Dr. Freud ya utilizaba las regresiones a esta vida, no a vidas pasadas, como técnica terapéutica.

2. En tu libro hablas de la célula madre durante la terapia. ¿A qué te refieres con ese nombre?

Cuando hablo de la Célula Madre (CM) no me refiero a las células madres de las que hablan los investigadores médicos. Esas son células físicas con capacidad de reproducirse de diferentes maneras y relacionadas con procesos embrionarios. Yo me refiero como CM a una entidad energética que forma parte de nuestra consciencia superior, es nuestra esencia, es la célula originaria de toda nuestra existencia, tiene toda nuestra información presente, pasada y futura. La CM es la parte de la consciencia superior que contiene nuestra información sobre el físico de toda nuestra existencia.

5. Explícanos qué son los Registros akáshicos y cómo se accede a ellos en esta terapia.

Los Registros Akáshicos es un lugar, un espacio, donde se acumulan de manera ordenada toda la información pasada, presente y futura de todas y cada una de las personas que viven en la tierra, de las que han vivido y de las que vivirán. En este espacio, que podría ser un campo mórfico según la física cuántica, está almacenada la información de toda la civilización humana.

En estos registros podemos encontrar qué es lo que nos proponemos aprender en esta vida, cual es nuestra misión, para qué me he programado venir a la actual encarnación con ese don especial, etc.

Para acceder a los registros debemos pedir permiso. No podemos acceder a los registros de otras personas a menos que ellas nos autoricen.

En la terapia, una vez hemos conseguido alcanzar el estado de consciencia expandida es cuando podemos acceder a nuestros registros.

6.  En tu libro también aparecen las llamadas Capas áuricas de la persona. ¿De qué se trata?

El aura es un campo magnético que rodea todo el cuerpo. La mayoría de estudiosos y profesionales que trabajan con ella están de acuerdo en hablar de siete capas áuricas, pero no hay unanimidad en la nomenclatura de estas. Este campo magnético no es visible para la mayoría de las personas, pero con un poco de entrenamiento y persistencia se puede conseguir ver algunas de las capas más próximas al cuerpo físico. Cada una de las capas invade las otras hasta llegar al cuerpo físico. La primera es la más próxima a este. Cada una de ellas se relaciona con los siete chacras y también con las principales glándulas del cuerpo. La dimensión de cada capa es variable y depende del momento que esté viviendo la persona. Si uno recibe una mala noticia, el aura se comprime y disminuye de tamaño, y, por el contrario, si uno recibe una buena noticia o se halla en estado de meditación, su aura se expande y los colores serán más vivos. Se ve directamente influenciada por el estado físico y emocional de la persona, y en ella se ve reflejada la personalidad y el estado en que esta se encuentra. Los investigadores soviéticos Semyon y Valentina Kirlian descubrieron la imagen que muestra el aura y la fotografiaron con un tipo especial de máquina fotográfica a la que pusieron su nombre. Es la máquina Kirlian.

 

3. ¿Y el átomo Gnoos?

El Átomo Gnoos (AG) también es una entidad energética que forma parte también de la consciencia superior y tiene una parte de la información sobre nosotros, es la información no física. Se encarga principalmente de los aspectos emocionales, relacionales, mentales, energéticos y espirituales.

De todas maneras, tanto la CM como el AG participan de toda la información de la otra entidad energética, de la totalidad de nuestro ser.

4. ¿Se puede conectar realmente con nuestros guías espirituales?

De la misma manera que se puede contactar con los ángeles también se puede contactar con nuestros guías espirituales. Unos y otros son seres de luz de otras dimensiones de energía vibratoria más elevada. Los primeros se dedican principalmente a protegernos y los segundos a guiarnos y aconsejarnos. Para conseguir que trabajen para nosotros debemos pedírselo, mientras tanto están en el paro forzoso. Hay personas que tienen muy desarrolla la capacidad extrasensorial de poderse conectar con estos planos vibratorios más elevados.

Todos podemos contactar con nuestros guías espirituales y pedirles orientación, consejos y ayuda para lo que necesitemos. Otra cosa es si es fácil o difícil. Para la mayoría de las personas no es fácil poder establecer una conversación con ellos, pero sí que podemos pedir su ayuda y ellos nos van a ayudar, aunque no nos demos cuenta ni sepamos cómo.

Para contactar con ellos se puede hacer a través de una meditación profunda o de una relajación profunda guiada, que es como consigo que casi todas las personas a quien trato puedan hablar con ellos.

7. ¿Qué caso, de los que aparecen en el libro, te ha impactado más? ¿Y por qué?

No puedo decir un caso que me haya impactado más, todos son muy importantes y significativos y principalmente de sumo interés para la persona que lo está vivenciando. Lo más impactante es como esa historia que revive se relaciona absolutamente con el problema que está teniendo la persona en su vida actual, y con qué facilidad se resuelve el tema.

Hay dos casos que quisiera destacar por sus características especiales. El primero es el caso n.º 6 que lo describo en la página 51 y lo amplio en la 138. Lo que me impactó de este caso no es el núcleo principal sino el aprendizaje que yo hice debido al encuentro que hace el señor potentado con la hija del señor de la guerra a quien había arruinado y a ella le había hecho de todo.

Judit no pedía encontrarse con la jovencita, pero esta le sale al encuentro. Y él (el potentado) empieza a llorar de vergüenza y arrepentimiento por todo lo que le había hecho en aquella vida. Le pide perdón con mucha insistencia. La respuesta de la niña fue decirle que no tenía que perdonarlo de nada, que le estaba muy agradecida puesto que gracias a su comportamiento ella había avanzado mucho en su evolución espiritual. Con esto no quiero decir que un abusador, un violador, un asesino no tengan que ser juzgados y que no paguen por todo el mal que han hecho aquí en la tierra, pero desde la perspectiva espiritual normalmente todo eso lo pactamos antes de bajar a esta encarnación.

El otro caso que quiero citar es el n.º 10 de la página 71 donde el propio cuerpo responde con una explicación a los problemas físicos que tenía Sandra de una manera metafórica, muy poética y espiritual. Realmente su respuesta es maravillosa, preciosa y absolutamente comprensible para Sandra.

 

       8. Por último, qué tiene que hacer alguien que esté interesado en recibir la una sesión de terapia regresiva.

       Para mí, si una persona está interesada en hacer una sesión de terapia regresiva lo que debe hacer es encontrar un terapeuta en esa             especialidad que le inspire confianza. Eso es lo más importante, esa confianza en el terapeuta. También conviene tener la mente abierta y la     voluntad de evolucionar, de cambiar comportamientos, creencias, etc.

Este libro empieza haciendo un recorrido por el mundo de la terapia regresiva a vidas pasadas, desde el trabajo del síntoma, y nos presenta la conexión bioespiritual, una técnica muy potente que el autor ha diseñado a partir de la terapia regresiva.
En una clara progresión ascendente y apasionante Albert Fita nos muestra el camino del crecimiento personal a través del trabajo con estas terapias, hasta llevarnos a un punto culminante en el que nuestras creencias se tambalearán.
Finalmente, y a través de la descripción de su trabajo, el autor acompaña al lector hacia la consciencia plena y una visión más espiritual del mundo.

Albert Fita Alegre es pedagogo, con más de veinte años de experiencia como terapeuta en terapia regresiva. Ha atendido en su consulta a cientos de personas y realizado más de dos mil sesiones. Ha impartido conferencias, talleres y cursos divulgando estas terapias. Ha escrito conjuntamente con Coral Ruiz el libro «Encuentro de amigos de GEA» y «Guías espirituales»

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A la carga…, Cristina Martínez

A la carga…, Cristina Martínez

Por Cristina Martínez Martín

A la carga…

¿Cada cuántos días cae una nueva víctima a manos de su pareja?

 

 

 

Algo a lo que nos estamos acostumbrando como a la lluvia o al calor. Ahora bien, inevitables son la lluvia o el calor, pero no lo es el arrebatar la vida a otra persona.

Ver la edad de las víctimas de género y la de sus agresores, es aterrador.  Me cuesta creer que ese menor que ha matado va a salir cinco años después a la calle reformado. Al contrario, probablemente estará dispuesto a matar de nuevo a quien le contraríe, porque en verdad ha aprendido que “el asesinar” le ha costado bien poco. Con una legislación como la nuestra, los ciudadanos de a pie tenemos una sensación de impotencia y fragilidad extrema.

Cuando veo que la policía protege a los delincuentes tapándoles la cara mientras los llevan a declarar, y los familiares de las victimas se derraman en llanto frente a las cámaras, me digo, ¡qué sinsentido! Las victimas deberían poder llorar con total respeto e intimidad mientras que los ciudadanos deberíamos poder ver y marcar a los asesinos.  

 

Temo que el problema radica en que los padres de esta nueva generación piensan que quienes deben educar a sus hijos son los maestros y profesores y se desentienden de esos hijos molestos a quienes consienten todo por no ser capaces de enfrentarlos. Y, en consecuencia, los chavales se adueñan de la situación y tiranizan a sus padres…

Es muy difícil educar a los hijos. Cierto. Eso requiere un esfuerzo continuado y penoso. Y, cuando se viene de trabajar cansado, no se tienen ganas de pelear sino de descansar.  Y, torcer la voluntad de un adolescente que lo único que desea es que le dejen estar a su aire y hacer lo que le da la gana, sin ninguna disciplina de vida ni cortapisas, es harto difícil. Ahora bien, ese esfuerzo es fundamental y necesario si queremos una sociedad justa e igualitaria. 

Estoy convencida de que la educación es la clave para erradicar esta plaga.  Sé que en las escuelas se trabajan los valores de respeto.  Sin embargo, creo que esa educación no reside en la escuela sino en los hogares. En la escuela, se les enseñan diversas asignaturas y técnicas para construirse profesiones y se refuerzan los valores que traen de casa, pero es en la casa donde aprenden el respeto y el valor de la vida. 

 

 

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Vampiros emocionales, Cristina Martínez Martín

Vampiros emocionales, Cristina Martínez Martín

Vampiros emocionales

Cuestión de justicia

Por Cristina Martínez 

Hay muchas formas de matar a alguien.

Eso lo saben muy bien los vampiros emocionales…

Si no me amas, mato todo lo que tú amas…

 

De eso no se habla.  Pero, eso ocurre en millones de hogares; en hogares aparentemente felices; en hogares en los que a veces nos adentramos de puntillas y en los que descubrimos horrorizados que lo que parecía color rosa chicle es negro tinta china.  Uno de los dos cónyuges, sufre el horror del chantaje diario, del acoso, del derribo, del desprecio y de la humillación.   Y, en el caso de los hombres, lo sufre en silencio, porque ninguno está culturalmente dispuesto a confesar que su mujer lo maltrata.
Los hijos de la pareja en poder de esos hábiles manipuladores son incapaces de percibir la verdad, y se transforman sin saberlo en armas con los que agredir, atacar y herir a la auténtica víctima, que a la postre resulta ser el villano o villana de la película.   La trampa es perfecta.  A  quien trata de escapar, se le condena de la forma más cruel imaginable, pues el vampiro sabe utilizar muy bien todos los resortes emocionales y sociales a su alcance para conseguir la muerte anímica de su víctima. La sociedad contribuye a engrasar este engranaje.  Después de siglos de ningunear a las mujeres, las sociedades occidentales hoy se voltean para protegerlas y ampararlas con un desborde de culpabilidad, todo sea dicho de paso, justificada.  Ahora bien, el problema es que, en este caso, las vampiras aprovechan esa coyuntura para ejercer desde esa protección social su dominio.     

Si queremos conseguir la igualdad entre hombres y mujeres, debemos conseguirla desde la justicia y, así pues, tendremos que desenmascarar a quienes se sirven de esa protección para maniobrar y atacar a sus parejas con el fin de conseguir sus fines, ya sean de un género u otro. Esto contamina el discurso sobre la violencia contra las mujeres, lo sé, pero se trata de corregir una injusticia.

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MENTES ABIERTAS

El desamor, Cristina Martínez Martín

El desamor, Cristina Martínez Martín

El desamor

Cuando el amor
se convierte en tortura

Por Cristina Martínez Martín

Estamos viviendo una época en la que el desamor arrasa todo el territorio de la humanidad.  Nunca habíamos tenido mejores oportunidades de conocernos los unos a los otros ni de vivir nuestras emociones con menos cortapisas.  Sin embargo, ocurre que, en lugar de encontrar a la pareja adecuada y ser felices y comer perdices, nos adentramos en relaciones infernales de las que no somos capaces de salir.

En esta etapa de nuestra historia abundan los unos, es decir, los que nunca tuvieron pareja o somos náufragos de relaciones fracasadas.  Ni hombres ni mujeres encuentran en la actualidad esas parejas con las que sueñan.  La frustración es enorme por ambas partes.  Las mujeres nos decimos que es porque hemos avanzado a pasos de gigante mientras que ellos han seguido andando a paso de tortuga.  

Ellos, cuando se atreven a comentarlo, dicen que temen a esas mujeres que no están dispuestas a plegarse a nada porque ya no se consideran iguales sino superiores.

¿Qué falla?, nos preguntamos.  Tal vez fallan las expectativas basadas en el amor romántico, que no el real; falla que vivimos une época de egocentrismo e individualismo y el amor necesita de mucha generosidad; falla que el amor es una enfermedad transitoria y que para transformarse en permanente, debe conllevar unos ingredientes que ya no estamos dispuestos a entregar; falla que utilizamos el sexo como una puerta de salida cuando es sólo la puerta de entrada; falla que parecer es más importante que ser en esta sociedad; falla que no estamos dispuestos  a tumbar ninguna barrera ni a soportar ninguna impertinencia, y que en cuanto algo no nos cuadra volamos hacia la flor siguiente, y falla asimismo la valentía de exponernos a un nuevo fracaso…

El verdadero amor más tiene que ver con la tolerancia, el respeto y el sacrificio que con el sexo y el romanticismo.

 A ese propósito, traigo a colación el mensaje de Rumi, ese importante místico turco, conocido por sus discípulos, los derviches:

“Tu tarea no es buscar el amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras en tu interior que has construido contra él.”

El testimonio personal escrito de una mujer víctima de maltrato y la lectura del manifiesto centran el acto institucional del #25N en el Ayuntamiento

Nuestra autora, la profesora y escritora, Cristina Martínez, fue la encargada de dar lectura al manifiesto en este 25N en el salón de plenos del Consistorio.

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Se llamaba Canela y era mansa y libre, Cristina Martínez

Se llamaba Canela y era mansa y libre, Cristina Martínez

Se llamaba

Canela,  

y era mansa y libre.  

 

Cristina Martínez Martín

No somos seres solitarios, somos esencialmente sociables. 

La soledad para muchos es aterradora. 

La enfermedad mental nos acecha y un buen remedio

es tener un animal de compañía. 

Se llamaba Canela y era mansa y libre.  Su guarida era un parque donde cazaba a los pequeños roedores que pululan en el corazón de las ciudades.  Algunos humanos le acercaban de vez en cuando un platillo con agua y algo de comida y con eso vivía feliz.   Ayer noche le destrozaron el cráneo.  A su lado, habían sobrevivido dos gatitos tan menudos que cabían en una sola mano. Maullaban desesperados y deshidratados con los ojos recién abiertos,  testigos mudos de un crimen que no podrían delatar.  Quien mató a la madre condenó a los hijos.  ¿Quién la mató?  Tal vez fueron unos gamberros aburridos o drogados, o un vecino que detestaba a los gatos o alguien cuya maldad amparó la noche… ¿Por qué la mataron si no molestaba a nadie?  Pues por  divertirse en una sociedad que ha convertido a la crueldad en diversión, o por disfrutar con el dolor ajeno cuando no se puede soportar el propio. 

 

Ahora bien, esos compañeros de vida inocentes y que no han elegido ser nuestros, comportan una responsabilidad y eso conlleva un peaje, y una merma de la libertad que nos esclaviza con tareas a menudo incómodas de llevar a cabo, pero necesarias.

La soledad campa a sus anchas en nuestra sociedad.  El desamor, el egoísmo,  el orgullo y la soberbia nos han empujado a transformarnos en criaturas solitarias, cuando es propio de nuestra naturaleza amar.  Por esa razón, hoy más que nunca proliferan en nuestra sociedad los animales de compañía, en especial, perros y gatos.

No hemos descubierto nada.  Desde tiempos inmemoriales la gente ha cultivado la amistad con esos seres.  De hecho, hay numerosas momias de animales domésticos en el antiguo Egipto.

En esas criaturas encontramos la lealtad sin fisuras, la emoción que hace de cada reencuentro una explosión de alegría, como si hiciera mucho tiempo que no los viéramos cuando solo han pasado un par de horas, el cariño incondicional, la dulzura consoladora y, sobre todo, la compañía.

No dejemos que la crueldad o la deshumanización ganen la batalla. 

Tratemos con el cariño que merecen a nuestras mascotas. 

Protejámoslas y procuremos para ellas un mundo compasivo y solidario. 

 

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Mirar para otro lado, Cristina Martínez

Mirar para otro lado, Cristina Martínez

LAS MUJERES DE AFGANISTÁN,

MIRAR PARA OTRO LADO

 

Por Cristina Martínez 

En la actualidad, es evidente que las diferencias biológicas no tienen nada que ver con las diferencias intelectuales. No obstante, en medio mundo se niega esa evidencia y se considera a las mujeres seres inferiores. Hablo de la mayoría de los países musulmanes y en concreto de Afganistán.

Parece que hablamos de marcianos y, sin embargo, los tenemos muy cerca.  Lamentamos esa situación, pero no hacemos nada al respecto…  ¿Y qué podemos hacer?, me preguntan. Debemos movilizarnos con todos los medios a nuestro alcance, les respondo, para denunciar esa aberración, y evitar que se normalice ese país a nivel político y económico.

Aunque en general las religiones han tratado siempre mal a las mujeres y salvo honrosas excepciones, no les han dejado sitio, en el pasado, la musulmana era una religión tolerante con las mujeres.  Hoy en día, sin embargo, prima en ella la intolerancia, el fanatismo, y el sometimiento de la mujer hacia la esclavitud.

Lo alarmante es que seamos las mujeres de mi generación, quienes tuvimos que luchar a brazo partido para hacernos hueco en una sociedad de hombres, quienes estemos reaccionando ahora frente a tal brutalidad e injusticia, mientras que las jóvenes herederas nuestras permanecen calladas e inertes.  

 

El deseo de estudiar y aprender es consustancial al ser humano, pero hoy se les niega a las afganas.  ¿Y si fuera al revés?  Que fueran los hombres quienes tuvieran prohibido estudiar y aprender y hubieran de quedarse al cuidado del hogar y de los hijos, subordinados además al capricho de sus esposas.  ¿Y si para salir de casa tuvieran que hacerlo acompañados por alguna mujer de la familia?   Y, por supuesto, que no se les ocurriera mirar a ninguna otra mujer, porque eso conllevaría un castigo terrible, incluso la muerte.  ¿Qué pasaría si una simple acusación de  su mujer, harta de él, o tal vez con idea de sustituirlo por otro, bastase para que le pegasen un tiro en la cabeza en plena calle y sin juicio previo?

La sororidad, hermanas, es algo que está por encima de las distancias geográficas y de las diferencias sociales y culturales.  La sororidad es algo que nos engloba a todas.  Todas pertenecemos a ese género maltratado durante siglos y, si no reaccionamos y nos solidarizamos con las afganas haciendo todo lo posible por ayudarlas, pronto nos tocará a todas llorar y arrepentirnos de haber mirado para otro lado…

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