LA INDIA: Mujeres del mundo (1)

LA INDIA: Mujeres del mundo (1)

MUJERES DEL MUNDO I

La India

Por Cristina Martínez Martín

Lo que sabemos de ese país tan grande como media Europa

(3.287.263 Km) es muy poco.  

A menudo nos llegan noticias en la prensa, siempre terribles, sobre accidentes ocurridos allá con un montón de personas fallecidas o espantosas noticias sobre violaciones de muchachas, casi niñas, que nos dejan una impronta difícil de olvidar por su salvajismo. A eso se añaden los comentarios de quienes la han visitado quienes mezclan una repugnancia invencible por la suciedad, una culpabilidad impotente ante la pobreza que se ve en sus calles y que contrasta dramáticamente con la opulencia delirante de la clase dominante, con una fascinación absoluta por sus colores y sus gentes…

Foto: Cristina Martínez Martín

La India se despierta con rapidez de siglos de inmovilismo y pronto será una potencia que hará compañía a la pujante China.  A la India, no obstante, le está costando mucho salir de su estado de crisálida porque se encuentra sujeta con hilos invisibles por su sistema de castas.  Hay cuatro castas que constituyen su sociedad.  En la cúspide se encuentran los brahmanes, que son la élite intelectual y espiritual.  A continuación, los guerreros, importantes para mantener el orden y el poder (muchos maharajás pertenecían a esta casta).  En tercer lugar, los comerciantes, casta de la que procede Gandhi.  Y por último los intocables a los que nada ni nadie podía, ni todavía hoy puede, sacar de su situación de esclavos de los demás. 

Ahora bien, aunque millones de indios viven sometidos a ese férreo encasillamiento, el gobierno, consciente de que ese sistema debilita al país, trata de ir rompiendo con la rigidez de siglos y hoy día ¡milagro!, gente de la casta de los intocables tiene acceso a los estudios, la vía unilateral para romper ese rígido e inflexible sistema, y gracias a su situación puede sacar a los suyos de la miseria.  

La India es una potencia tecnológica y, aunque todavía un intocable no se pueda casar con una persona de una casta superior, si puede llegar a ser un brillante ingeniero de programación, si su inteligencia se lo permite.  ¡Ojalá veamos pronto el derrumbe de esos muros que separan a los ciudadanos por nacimiento y la India acceda a una sociedad más justa y equilibrada! No me queda sitio para comentar otras peculiaridades como la Sati o el tema de las religiones que dejo para un próximo artículo.

Es muy difícil, por no decir imposible, cambiar de castas puesto que los hindúes creen en el karma y, por lo tanto, creen que han nacido intocables porque no han sido buenos en reencarnaciones anteriores. Una persona de una casta no tiene el derecho de enamorarse de otra que pertenezca a una casta diferente por esa misma regla.  Y si eso ocurre, el castigo consiste en la expulsión y el rechazo de su propia familia y de la comunidad…  La historia de Romeo y Julieta es el drama cotidiano de aquellos que se atreven a enfrentarse a ese mandato.   

Foto: Cristina Martínez Martín

Deja tu comentario bajo este artículo. Nos interesa mucho tu opinión. 

La revista no se hace responsable de la opinión de sus autores. 

 

 

Subscríbete a

MENTES ABIERTAS