El desamor, Cristina Martínez Martín

El desamor, Cristina Martínez Martín

El desamor

Cuando el amor
se convierte en tortura

Por Cristina Martínez Martín

Estamos viviendo una época en la que el desamor arrasa todo el territorio de la humanidad.  Nunca habíamos tenido mejores oportunidades de conocernos los unos a los otros ni de vivir nuestras emociones con menos cortapisas.  Sin embargo, ocurre que, en lugar de encontrar a la pareja adecuada y ser felices y comer perdices, nos adentramos en relaciones infernales de las que no somos capaces de salir.

En esta etapa de nuestra historia abundan los unos, es decir, los que nunca tuvieron pareja o somos náufragos de relaciones fracasadas.  Ni hombres ni mujeres encuentran en la actualidad esas parejas con las que sueñan.  La frustración es enorme por ambas partes.  Las mujeres nos decimos que es porque hemos avanzado a pasos de gigante mientras que ellos han seguido andando a paso de tortuga.  

Ellos, cuando se atreven a comentarlo, dicen que temen a esas mujeres que no están dispuestas a plegarse a nada porque ya no se consideran iguales sino superiores.

¿Qué falla?, nos preguntamos.  Tal vez fallan las expectativas basadas en el amor romántico, que no el real; falla que vivimos une época de egocentrismo e individualismo y el amor necesita de mucha generosidad; falla que el amor es una enfermedad transitoria y que para transformarse en permanente, debe conllevar unos ingredientes que ya no estamos dispuestos a entregar; falla que utilizamos el sexo como una puerta de salida cuando es sólo la puerta de entrada; falla que parecer es más importante que ser en esta sociedad; falla que no estamos dispuestos  a tumbar ninguna barrera ni a soportar ninguna impertinencia, y que en cuanto algo no nos cuadra volamos hacia la flor siguiente, y falla asimismo la valentía de exponernos a un nuevo fracaso…

El verdadero amor más tiene que ver con la tolerancia, el respeto y el sacrificio que con el sexo y el romanticismo.

 A ese propósito, traigo a colación el mensaje de Rumi, ese importante místico turco, conocido por sus discípulos, los derviches:

“Tu tarea no es buscar el amor, sino simplemente buscar y encontrar todas las barreras en tu interior que has construido contra él.”

El testimonio personal escrito de una mujer víctima de maltrato y la lectura del manifiesto centran el acto institucional del #25N en el Ayuntamiento

Nuestra autora, la profesora y escritora, Cristina Martínez, fue la encargada de dar lectura al manifiesto en este 25N en el salón de plenos del Consistorio.

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San Valentín, el santo del amor

San Valentín, el santo del amor

San Valentín,

el santo del

amor

Por Cristina Martínez Martín

¿CONOCES SU HISTORIA?

Valentín fue un sacerdote que, en Roma, en el siglo III de nuestra era, celebraba matrimonios de jóvenes enamorados en contra de la prohibición del emperador, por lo que fue condenado a muerte.

Se pierde en los flecos de la historia desde cuando se celebra el día de los enamorados en honor a Valentín…

A los avisados comerciantes especialistas en vendernos sueños, les interesa
transformar el poema, con el que se pretendía mostrar una vez más el amor de cada día a la persona amada, en un regalo.

Un regalo significa caja. Y ahora, en tiempos de la pandemia, cualquier caja es bienvenida. Ese regalo fue pasando con el tiempo de un detalle a una flor, de flores a objetos codiciados, y en último lugar a joyas en función del poder adquisitivo de la pareja…

Ahora que la pandemia ha transformado nuestro mundo y nos fuerza a cambiar y a modificar los valores de usar y tirar de los que nos servíamos antes, forzándonos a la reflexión…

En un principio y como decía mi padre: quien está enamorado, lo está todos los días del año y no sólo el día de san Valentín, y demostrarlo a la pareja es un trabajo cotidiano a veces bien duro, imposible de evaluar materialmente, aunque siempre recompensado, no ya porque el otro lo devuelva sino porque generar amor enriquece a quien ama…

 

Llenar de contenido material un sentimiento romántico y espiritual como el amor es contradictorio, pero vivimos muchas contradicciones en nuestras vidas, y los
comerciantes me maldecirán por sacar a colación semejantes reflexiones en estos tiempos…

Ahora que estamos de nuevo apreciando lo que tenemos sin desear con avaricia todo lo que la publicidad se esfuerza por hacernos desear…
Ahora que comprendemos al fin que, con nuestra fiebre enceguecida y consumista, nos estábamos cargando el planeta, nuestro medio ambiente, nuestros recursos naturales, el agua, el mar, a todos los seres vivos, y hasta el aire que respiramos… más pierde sentido.

Ahora que nos encontramos en la prisión del confinamiento, es cuando tenemos la oportunidad de aprender de nuestros errores, y apreciar lo que de verdad cuenta en nuestras vidas. Y el amor, ese amor del que hablan los poetas y que nos hace trascender nuestros egoísmos para transformarnos en seres generosos, no tiene valor material. Ahora bien, sin él nos sentimos profundamente desgraciados y desvalidos, pues sin él todo lo demás pierde sentido.

 

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