Por Cristina Martínez Martín
Los incendios en Quebec
¿A qué esperamos los ciudadanos?
El humo de los incendios de Canadá está inundando parte de los Estados Unidos y ha llegado a Europa. ¿Ha provocado eso una alarma suficiente como para reaccionar? ¿No? ¿A qué esperamos los ciudadanos?
Los políticos solo actuarán cuando se vean compelidos por quienes les votan.
No lo olvidemos.
El territorio que comprende la provincia canadiense de Quebec es como cinco veces España. La parte habitada es la zona colindante a la frontera estadounidense. El resto del territorio de Canadá, el segundo país en extensión del mundo, está apenas poblado por pequeñas poblaciones de autóctonos expulsados de sus territorios naturales hacia el norte y por pequeños pueblitos que antaño albergaban a los leñadores.
Los incendios son cosa común donde hay masa arbórea. Y el norte de Canadá es un inmenso bosque, un pulmón verde. En Canadá los incendios han sido una constante y no son sólo causados por negligencias humanas sino también por determinados fenómenos atmosféricos como una tormenta eléctrica. Ahora bien, en el pasado eran contenibles porque la lluvia los controlaba y apagaba, mientras que en la actualidad no lo son porque llueve menos y todo está mucho más seco.
En 1992, en un congreso celebrado en Quebec por la APCAS (asociación de prevención de la contaminación del aire y del suelo) se plantearon tres previsiones que iban de la más pesimista a una mediana y a otra optimista.
Dieciséis años más tarde, un nuevo congreso del grupo celebrado en Trois Rivières, constató que se había sobrepasado con creces la más peligrosa de las tres previsiones. Los científicos plantearon que la temperatura subirá de los 1. 5º C debido a la tasa de CO2. Para algunas zonas del planeta las medidas a tomar llegarían demasiado tarde. Sin embargo, el GIEC, organismo internacional que estudia los cambios climáticos, quiere hacernos creer que los 1.5ºC no serán nunca alcanzados para evitar el pánico de la población a nivel planetario.